¿Cuáles son las Lesiones Deportivas más Comúnes?
¿Qué es una Lesión Deportiva?
En todo el mundo, muchas personas llevan a cabo actividades deportivas, algunas por profesión y otras, simplemente por recreación. Cualquiera que sea la disciplina deportiva practicada y el nivel ejercido es beneficioso para la salud; sin embargo, siempre existirán riesgos físicos que pueden conllevar a lesiones deportivas. Ahora bien, las lesiones deportivas son daños que afectan los tejidos y suceden durante la ejecución de un ejercicio físico o la práctica de un deporte y son producto, de un accidente, mal entrenamiento o sobrecarga física. Es por ello, que para llevar a cabo actividades deportivas, se debe estar suficientemente preparado físicamente, utilizar los equipos necesarios si lo requiere y tomar las demás previsiones necesarias para disminuir los riesgos.
Ahora bien, la intensidad de estas lesiones es variable, pues van desde leves a graves, que inclusive demandan cirugía. Pero gracias al desarrollo de la medicina, en la actualidad es posible realizar procedimientos menos invasivos que, no sólo tienen menor probabilidad de complicaciones, sino también pronostican una recuperación más rápida. No obstante, algunas lesiones son tan graves, que aún siendo sometidas a tratamientos quirúrgicos, han terminado por apartar de algunas disciplinas a algunos deportistas de alta competencia, de forma definitiva. Para conocer más sobre las lesiones deportivas, existe una rama del deporte que se dedica a la medicina deportiva, la cual se dedica entre otros temas, al abordaje de las lesiones, su tipología, factores de riesgo, tratamientos y prevención.
¿Cuáles son las Lesiones Deportivas más Comunes?
Indiscutiblemente, las lesiones deportivas son muy dolorosas, tanto en el suceso como en la recuperación, bien sean producto de un deporte en particular u otro. Pueden ir de leves a graves, asimismo, algunas ocurren con más frecuencia que otras. De allí que, las ocho lesiones más comunes asociadas al deporte son:
Esguince de tobillo: Es una de las lesiones más frecuentes porque puede ocurrir al realizar cualquier ejercicio físico. Ocurre cuando los tejidos que conectan los huesos con las articulaciones, es decir, los ligamentos, se desgarran o estiran a causa de una torcedura o un aterrizaje brusco. El esguince se produce en áreas como la muñeca, la rodilla pero sobretodo, en el tobillo. Puede ser leve o grave, a tal punto que se desgarra completamente. En el primer caso, debe tratarse inmediatamente para que no empeore, es por ello que se coloca una férula que inmoviliza el área. En el segundo caso, si es más grave se recurre al yeso y si con este no se recupera la lesión, es necesario reconstruir los ligamentos a través de una cirugía.
Lesión de rodilla: La rodilla es un área del cuerpo con alta probabilidad de sufrir lesiones, pues en ella recae gran cantidad de carga o peso y diversidad de movimientos, debido a la articulación que ella provee. Éstas son más comunes de lo que se piensa y en algunos casos, tienen consecuencias irreparables debido a la importancia de la rodilla en el ejercicio de actividades físicas, más aún en deportes profesionales. Las lesiones pueden ir desde tendinitis rotuliana a daños al cartílago o cruce de ligamentos que, serían los casos más graves. La primera se conoce también como rodilla del saltador y como su nombre lo indica, la tendinitis se refiere a una lesión de los tendones, en este caso del tendón rotuliano que sufre una inflamación, cuya causa mas frecuente es la sobrecarga física. Por su parte, el cruce de ligamentos es de las más graves, los cuales se entrecruzan a través de la articulación de la rodilla, para enlazar el fémur y la tibia. Su importancia radica en que les da estabilidad. Esta lesión puede ocasionar una rotura de un fragmento del ligamento o en su defecto, una rotura completa que requeriría una cirugía con una recuperación que conlleva meses.
Lesión del lábrum: Es una lesión localizada en el hombro, en donde es afectado el labrum que es un anillo de fibra que recubre la cabeza o copa del húmero y le da más estabilidad. Estas lesiones, pueden ocasionarse debido a traumatismos agudos o que suceden reiteradamente. De donde se infiere que, ocurren con mayor frecuencia en quienes practican deportes en los que el mayor impacto recae en los brazos, por ejemplo, el basketball en el que los movimientos se caracterizan por lanzar y cargar.
Calambres en las piernas: Puede suceder en varias áreas del cuerpo, pero los más comunes resultan en las piernas y pueden deberse a, falta de hidratación, inadecuados calentamientos y estiramientos previos, así como también, mal aplicación de técnicas de trote y carrera especialmente. Igualmente quienes practican deporte y realizan ejercicios físicos presentando fatiga muscular, son los que tienen mayor probabilidad de experimentar los calambres. Estos se manifiestan como espasmos musculares con sensación de dolor, los cuales aparecen de forma espontánea y desaparecen al cabo de poco tiempo. Por lo general, se debe estirar el músculo, aplicar hielo y dar suaves masajes para relajarlo, hasta que el calambre vaya desapareciendo.
Lesión en el tendón de Aquiles: Afecta principalmente el tendón ubicado encima del talón. Por lo general se lesiona cuando hay una sobrecarga que acaba por causar inflamación y dolor adyacente a la planta del pie. Esto es lo que se conoce como tendinitis del talón de Aquiles, cuyo tendón conecta a la pantorrilla con el hueso del talón. Estas lesiones ocurren mayormente, cuando en los músculos gemelos, hay cierto grado de debilidad, por lo que los impactos recaen en el tendón de Aquiles al realizar actividades físicas que requieren caminar, trotar, correr y saltar.
Codo de tenista: El nombre nos indica que es común en quienes practican tenis; no obstante, esta lesión puede ocurrirle a todas las personas que usan estos músculos adyacentes al codo una y otra vez, realizando movimientos repetitivos. Ademas, es conocida también como epicondilitis, pues la región que afecta cerca del codo se llama epicóndilo. Se define como una inflamación que por ende, causa dolor y sensibilidad, debido a la tensión de los tendones que unen los músculos del antebrazo con la región exterior del codo.
Fracturas: Las fracturas representan las lesiones deportivas en las que, hay rupturas parciales o totales de huesos, a causa de golpes o caídas de gran impacto directos en el área. Cuando ocurre una fractura, se produce inflamación e incluso puede haber sangrado dependiendo de la lesión. Las fracturas pueden ser fisuras y compuestas. Las primeras rompen el hueso en una línea delgada que, en la mayoría de casos, sólo abarca una porción del hueso. Por su parte, las fracturas compuestas son evidentes y graves, pues rompen el hueso hasta salir de la piel. Las llamadas fracturas de estrés son las muy conocidas en el ámbito deportivo, pues son fisuras que se producen por actividades que implican movimientos musculares exagerados y repetidos, por lo que hay una sobreuso del hueso, que lo tensiona y termina por debilitarlo hasta fracturarse. Ocurren por lo general en el pie y la región inferior de la pierna.
Luxaciones: Estas son las conocidas dislocaciones, en donde los huesos se desprenden de un extremo y salen de su posición original, las cuales son tratadas como una emergencia médica, pero no requieren cirugía. Suelen suceder en las personas que practican ejercicios con estiramientos exagerados o deportes de contacto, afectando con mayor frecuencia áreas del cuerpo como los dedos, manos, codos u hombros, asimismo, son menos comunes en la cadera, rodillas y tobillos.
Tipos de Lesiones Deportivas
Las lesiones deportivas se clasifican en:
- Agudas: ocurren de forma espontánea cuando se está llevando a cabo actividad física y se realiza un esfuerzo rápido y violento. De ahí que se produzca dolor e inflamación de forma inmediata, que conlleve a esguinces, luxaciones, fracturas, entre otras. Igualmente, los más propensos a sufrir lesiones de estetipo, son aquellos que practican deportes de contacto como el futbol, por ejemplo.
- Crónicas: son consecuencia de la práctica de ejercicio o de una disciplina del deporte por un tiempo prolongado. Se conocen como “lesiones por sobrecarga” y por lo general ocurren cuando se realizan movimientos repetitivos, que pueden afectar nervios, ligamentos, tendones y músculos de forma temporal y permanente. Las personas con mayor probabilidad de sufrir esta lesión, son los que practican ejercicios de forma reiterada, sobretodo aquel que se dedica al fitness aeróbico.
La diferencia principal entre ambos tipos de lesiones radica en que, las agudas ocurren por un traumatismo de forma accidental, mientras que las crónicas implican tiempo para que una actividad física se repita hasta acabar con la resistencia de los tejidos.
Factores de Riesgo de las Lesiones Deportivas
Como ya es de saber, las lesiones deportivas tienen gran probabilidad de ocurrir de forma repentina, al practicar cualquier actividad deportiva, bien sea por recreación o competición y estos factores no pueden controlarse; sin embargo, hay factores predisponentes que pueden causar lesiones deportivas y que si pueden contrarrestarse si se conoce sobre ellos en función de disminuirlos. Entre los principales factores de riesgo que no pueden controlarse tenemos:
- Caídas y traumatismos.
- Mal funcionamiento del equipo deportivo.
- Características propias del deporte o las actividades físicas.
Por su parte, dentro de los factores de riesgo que pueden tener un nivel de control y son propios del deportista tenemos:
- Preparación física ineficiente, es decir, en el calentamiento previo, estiramiento, entrenamiento, gestos deportivos, entre otros.
- Sobre-entrenamiento.
- Nutrición inadecuada.
- Falta de uso o utilización incorrecta de equipo de protección deportiva.
- Sobrecarga muscular.
- Técnica mal empleada.
- Poca concentración y coordinación, debido a factores psicológicos como: desmotivación, cansancio, estrés, sueño.
- Consumo de tabaco, alcohol y drogas.
Estos son los principales factores de riesgo que pueden conllevar a lesiones deportivas. No obstante, también pueden influir lesiones previas que pueden reincidir al momento de ejecutar nuevas actividades físicas, debido a que han dejado secuelas en algunos tejidos del cuerpo humano.
Tratamiento de las Lesiones Deportivas
Es importante destacar que, los tratamientos para las lesiones deportivas dependen en gran medida del tipo de lesión y el nivel de daño ocasionado. Un hecho indiscutible es, que las primeras 24 horas son claves para poder tratar la lesión, por lo que deben tratarse en la brevedad posible. En caso de lesiones comunes sin daños graves o irreparables, se recurre a una técnica conocida como HICER, es decir: hielo, compresión, elevación y reposo, la cual actúa como primeros auxilios ante el dolor e inflamación que es el primer síntoma que debe disminuirse. Del mismo modo, pueden emplearse fármacos antiinflamatorios prescritos por un médico. A su vez, deben inmovilizarse las áreas con tejidos lesionados utilizando mecanismos como cabestrillos, entablillados, entre otros. Algunas lesiones pueden tratarse con fisioterapias y reposo, aunque la rehabilitación es lenta, también es factible. Pero algunos daños son tan graves que requieren intervención quirúrgica.
Gracias a los avances tecnológicos, en la medicina se implementan actualmente métodos tanto para disminuir el dolor e inflamación con parches que contienen medicamentos y se colocan en las áreas afectadas, como también técnicas para la reconstrucción de tejidos de forma más sencilla y práctica. Además, se ha dado paso a la electro-estimulación como medio para acelerar la recuperación de las lesiones deportivas. Es fundamental, que durante todo el proceso de recuperación, los pasos a seguir sean conducidos por un médico y el entrenador (si es deportista de alta competencia), con el fin de que la misma transcurra con los cuidados y el tiempo necesario que no deje secuelas posteriores.
¿Cómo prevenir las Lesiones Deportivas?
Se pueden prevenir ciertas lesiones deportivas si se toman en cuenta las siguientes medidas:
- Si se esta comenzando a realizar actividad física, es necesario, organizar un programa con la rutina a seguir, de modo que no hayan excesos y se sigan los pasos adecuados para un buen entrenamiento.
- Hacer el calentamiento previo respectivo, así como ejercicios de enfriamiento después de realizar la actividad.
- No estresar o aplicar carga mayor que se perciba que la capacidad de los tejidos pueda soportar.
- Escuchar las señales que el cuerpo indica cuando se está sobre esforzando.
- Cuando se realizan ejercicios o deportes con regularidad, debe ir incrementándose la intensidad de forma progresiva y gradual.
- Si tiene lesiones previas, tener precaución con el área afectada utilizando el equipo necesario y ser precavido con los movimientos a realizar.
- Con respecto al área de las rodillas que por lo general, recibe innumerables impactos y la mayor cantidad de peso recae sobre ella, es necesario no torcerlas al estirarlas, al saltar deben doblarse al tocar la superficie y al agacharse no doblarlas excediendo el punto medio.
- Usar la ropa apropiada para hacer deporte, incluyendo zapatos con la talla correspondiente que le den firmeza al ejecutar movimientos y que absorban los impactos al saltar, correr y caminar.